La entrada en la escuela infantil supone un importante cambio en la vida del niño. Normalmente se trata de la primera vez que se separa dela familia, sale de este entorno familiar, del espacio que conoce, de la seguridad y protección, para entrar en contacto con un nuevo espacio: la escuela. Se sentirá angustiado y vosotros, los padres, seguro que también. Sin embargo, aunque la separación sea dolorosa, el niño lo irá asimilando y gracia  a esta separación se incrementará su autonomía personal y su grado de socialización.

Es posible que durante este periodo puedan aparecer conductas de rechazo; hay niños que pueden tener alteraciones del sueño y la alimentación, vómitos, crisis de llanto y ansiedad ante la separación. El período de adaptación dependerá de la edad y de cada niño en particular. Generalmente, los bebés más pequeños sufren menos adaptación al no ser tan conscientes de los cambios que implica. Pero no sólo se adapta el niño, los padres vais a tener que adaptaros también. Vosotros tenéis gran influencia en sus temores, sus expectativas, su ansiedad… Todo lo que vosotros sintáis- inseguridad, culpabilidad, temor ante el cuidado que vaya a recibir el niño- son sentimientos habituales en los padres, pero debéis cuidad al máximo vuestras manifestaciones externas, para no trasmitírselas al pequeño.