Los hijos frutos de la unión de dos personas de distintas lenguas completan un hogar rico en diversidad lingüística y cultural. En España existen gran variedad de familias que conviven con esta realidad. Los estudios de los últimos 25 años evidencian que esta situación no supone ningún obstáculo para el desarrollo intelectual del pequeño; de hecho, ha quedado demostrado que los seres humanos tenemos predisposición para el plurilingüismo, es decir que tenemos la aptitud para adquirir a un tiempo dos o más idiomas.
¿A partir de qué edad distinguen una u otra lengua?
Ya antes de cumplir los dos añitos, nos damos cuenta de que nuestro pequeño sabe distinguir bien entre las distintas palabras. Se queda extraño y hasta llega a ponerse furioso si le hablamos en una lengua que no conoce. No hay que preocuparse, lo único que hacemos es confirmar algo que viene ocurriendo desde hace casi un año. Desde finales de su primer año de vida, nuestros hijos distinguen los sonidos propios de la lengua que oyen a su alrededor, pero no los de otras lenguas. Entre su tercer y quinto cumpleaños les gusta empezar a traducir. Entonces nos damos cuenta de que nos han asignado una lengua.
Es importante que cuanto mejor hablemos los padres, más fácil lo tendrán los hijos para aprender el uso adecuado de cada lengua. Una fuente de alimentación del lenguaje para ellos es también la lectura; a través de los libros, los niños pueden mejorar el uso de los idiomas.

