Los hábitos alimenticios que se forman en la infancia son la base de los que acompañan toda la vida. Una buena alimentación es fundamental también para evitar y prevenir muchas enfermedades, por lo que enseñar a nuestros hijos a comer sano y bien es uno de los mejores legados que podemos dejarles
Los mejores hábitos
- Empieza por ofrecer por separado los alimentos que toma en el puré, empezando por los más blanditos: hortalizas y verduras cocidas, y frutas como la pera o el plátano un poco chafado con el tenedor
- Prepara ensaladas con alimentos de base-arroz, pasta, tomate troceado, maíz…-y ve incorporando otros nuevos alimentos como lechuga en tiras, zanahoria rallada…
- Hazlo divertido. Presenta los platos de otra manera y deja que coma solo… aunque lo ensucie todo.
- Fuera preocupaciones a la hora de comer, se deben de olvidar los problemas; de lo contrario, reclamará vuestra atención haciendo ascos a la comida.
Los peores hábitos
- No le fuerces a comer. “El castigo, las reprimendas y la obligación con la comida suelen tener efectos contraproducentes”, adviert4en las nutricionistas.
- Lo más importante es que los padres prediquéis con el ejemplo. Siéntale a la mesa con vosotros y compartid ese rato en familia.
- Si rechaza un nuevo alimento, prueba a cocinarlo de otra manera y con otra presentación.
- No dejes que te chantajee con la comida. Si su negativa a comer pone a prueba tus nervios, ¡no dejes que se dé cuenta! Mantén la calma.
- Hay que darles de comer lo mismo que los mayores, aunque en su proporción.

